Ya tenemos la Sony Nex 5T!!!!!!
La esperada Sony Nex 5T ya está en nuestras manos y hemos tenido la oportunidad de probar su increible calidad tanto de fotografía como de vídeo.
Las cámaras CSC, que, como sabéis, no son otra cosa que compactas sin espejo de objetivos intercambiables, nos gustan. Y no solo a nosotros. Su popularidad ha propiciado que los principales fabricantes del sector apuesten por este formato; de hecho, prácticamente todos tienen no uno, sino varios modelos que recurren a esta tecnología. Con estos antecedentes no es de extrañar que estuviésemos deseando «diseccionar» una de las propuestas más atractivas que podemos encontrar actualmente en el mercado: la NEX-5T de Sony.
La oferta de cámaras CSC que nos propone esta compañía japonesa es muy amplia, lo que avala la confianza que ha depositado no solo en el presente, sino también en el futuro de este formato. Si echáis un vistazo a su página web comprobaréis que actualmente esta gama está conformada por nada menos que cuatro modelos bien diferenciados: la NEX-3N, que destaca por su ligereza y su chasis compacto; la NEX-6, que resulta perfecta para los entusiastas que demandan la flexibilidad de una réflex convencional; la NEX-7, pensada para los profesionales que necesitan una solución muy compacta y, por último, la NEX-5T, que es la cámara que hemos probado durante las últimas semanas.
Resumir en un puñado de palabras las principales cualidades de esta cámara es todo un reto, pero, a modo de anticipo de lo que os depara este análisis, podemos adelantaros que incorpora un sensorAPS-C de 16,1 megapíxeles, un chasis extraordinariamente compacto, enfoque automático híbrido, una pantalla táctil inclinable, conectividad WiFi y NFC. El sueño de muchos usuarios que buscan una CSC de calidad dotada de lo último en conectividad. Entremos en materia.
Polivalente y compacta
La sensación que transmite esta cámara al sostenerla por primera vez antes de instalar un objetivo es sorprendente. Su cuerpo pesa solo 218 g, pero su ligereza no presagia una robustez criticable; basta agarrarla con firmeza para darse cuenta de que está realmente bien construida, lo que le permite aguantar el día a día de un usuario poco cuidadoso sin inmutarse.
Su ergonomía, como suele ser habitual en las cámaras CSC, es estupenda. El grip facilita un agarre muy sólido, y, además, como es tan ligera, podemos adoptar posturas a priori poco cómodas, y, aun así, disparar de una forma solvente. No obstante, la pantalla LCD que incorpora este modelo, con una resolución de 921.600 puntos y una diagonal de 3 pulgadas, es inclinable, lo que resulta muy útil, sobre todo, cuando queremos disparar colocando la cámara en una posición inusualmente baja.
Las características físicas del sensor de imagen de una cámara digital, y, en especial, su tamaño, inciden de forma directa en la calidad de las imágenes que vamos a obtener con ella. En las cámaras de tipo CSC la elección de un sensor u otro es especialmente controvertida por dos razones. Por un lado, debe ser lo suficientemente pequeño para integrarlo en un cuerpo compacto, pero, por otra parte, su tamaño debe ser lo bastante grande para ofrecer una calidad equiparable a la de una cámara DSLR.